Parece que le he cogido gustillo a los post por entregas. Con éste empiezo una serie de ellos en los que doy mi opinión sobre lo que ha pasado y está pasando en este recién comenzado siglo XXI:
Llevamos vividos estos 10 primeros años de este siglo a ritmo de infarto. El propio ritmo vertiginoso de las cosas no nos está dejando tiempo de parar y hacer una reflexión serena del escenario, posiblemente esta velocidad sea el signo de los tiempos. Pero si hacemos un mínimo ejercicio de análisis, podemos llegar a la conclusión de que estamos asistiendo a un gran cambio de orden y valores heredados por el terrible siglo XX.
De acuerdo que el principio de todo se gestó en el derrumbe del
Muro de Berlín allá por 1989, y la caída posterior de la
U.R.S.S., y con ello, de todo el sistema de poder y equilibrio mundial. Esto dejó a EE.UU. como única potencia mundial, mientras lo que quedaba del gigante soviético estaba inmerso en una anarquía ( que luego derivaría en una oligarquía) renovadora y China se replanteaba su papel y su sentido, ahora que se había demostrado que el sistema comunista había fallado.
En este estado de las cosas América recibió un fuerte palo y demostró las debilidades del gigante: el
ataque del 11S. Esta desgracia cambió y replanteó muchas concepciones militares y de lucha antiterrorista. La guerra contra el mayor enemigo ya no tendría cara, ni tanques, ni aviones; Se tendría que luchar casa por casa, cueva por cueva, contra un enemigo no claramente definido. La bomba ya no sería la principal arma contra la nueva amenaza, ahora es la información en el terreno, la vigilancia tecnológica, lo que definiría a medio plazo la batalla.
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Un suceso que cambió el mundo: el 11 S |
El 11S y los conflictos relacionados posteriores, sumieron a EE.UU. en un estado de indefinición y paranoia , de querer abarcar todo y a todos, lo que le restó control sobre otros muchos frentes. El tremendo gasto gubernamental requerido para hacer estos esfuerzos bélicos se mantenía con cierta facilidad mientras que el dinero fluyera en los mercados, mientras los prestamos a privados y estado mantuviera un buen ritmo. Pero, como la pescadilla que se muerde la cola, las guerras aumentaron más la deuda, se emitió más dinero, precios de materias primas más altos, tanto por la especulación como por los conflictos...escenario ideal para la potenciación económica y política de los países en vías en desarrollo, principales productores de materias primas.
Añadamos a esto a China: una vez definido su forma de gestión (mezcla comunista-mercantilista), China aprovecha y compra deuda de EE.UU., invirtiendo sus ganancias por su indecente superávit comercial debido a la exportaciones. Como se ha comentado varias veces en este blog China es el actor clave actualmente: es el banquero de EE.UU. (y parte de Europa), es el mayor productor de bienes de consumo, y controla varios recursos estratégicos mundiales.
Así pues, nos encaminamos a un orden mundial diferente y multipolar: Estados Unidas y China como potencias preeminentes, pero con India y Brasil contando cada día más.