Publi

martes, 18 de mayo de 2010

Cerrando el círculo.

Esto ya no es lo que era. Los ideales establecidos en mi niñez y juventud están cambiando o desapareciendo. Los tiempos cambian ( o se ven obligados a hacerlo) cuando un suceso agrede directamente a pilares sobre los cuales hemos construido nuestra sociedad actual. Y uno de estos acontecimientos ha sido la actual crisis económica.

Durante esta crisis,  se ha debatido largamente sobre el modelo actual económico y su validez. Se han sacado los trapos sucios y corruptelas de los grandes monstruos financieros de Wall Street ( y mundiales por extensión) como nunca antes. Los estados ayudando a los grandes bancos culpables ( cuando históricamente ha sido al revés), los banqueros que siguen cobrando bonus insultantes mientras la tan cacareada reforma financiera sigue en suspenso. Y la cosa sigue: grandes corporaciones financieras engañando a países( Grecia), países de los considerados "del primer mundo" mendigando a sus socios europeos y al FMI dinero para afrontar sus deudas (Grecia). Los países prestatarios a su vez endeudándose para rescatar a sus socios más endeudados que ellos, lo que hace que su futura solvencia y de su moneda se desplome (Grecia-Euro).

Así, nada está seguro, todo está en entredicho, nadie se fía de nadie, por que todos creen que el otro tiene un gran pufo escondido. Y en este ambiente, vemos que los socialistas toman medidas antisocialistas (bien es cierto que si algunas medidas se hubieran tomado a su debido tiempo, hubieran sido menos traumáticas; además se echa de menos un poco más de presión fiscal a las grandes fortunas), la derecha se erige en la defensora de los derechos sociales ( Rajoy trina por la congelación de las pensiones para 2011), y acusando a España de estar "bajo un protectorado", cuando con Aznar, parecíamos el estado 51 de la unión de Bush.

Curiosamente, los únicos que parecen salir indemnes , son precisamente los que, con sus ideas de liberalismo y desregulación extremas, han puesto los cimientos de la crisis. Siguen sintiéndose orgullosos y proclaman su discurso como fórmula mágica para salir del atolladero que ellos mismo provocaron: menos Estado, para ahorrar costes, menos control y regularización para incentivar la dinamización de la economía. Y mientras nosotros esperando las medidas contundentes contra la banca que tanto prometió el G20 ¿Confiamos en Obama?

No hay comentarios:

Publicar un comentario